martes, 23 de febrero de 2010

mas de Haiti para emocionarse








Tengo tantas cosas para contar, que no se por dónde empezar. Bueno, como en la carta anterior voy a ir contándoles las cosas tal como me vengan a la mente.
Para los que gustan de los números, aca van algunas cifras relacionadas con el trabajo que la AGENCIA ADVENTISTA DE DESARROLLO Y RECURSOS ASISTENCIALES, ADRA, ha estado realizando, son datos al 09 de febrero:
4.200.000 tabletas de purificación de agua distribuidas a fin de proveer agua segura a la población.
1.300.000 raciones de alimentos entregados a los damnificados.
200,000 personas beneficiadas con los sistemas de purificación de agua que ADRA ha instalado que pueden proveer agua potable a razón de 64 litros por minuto.
40 pallets de plásticos, kit de higiene y otros suplementos enviados por Harvest Time International para el campamento que ADRA esta administrando.
12 oficinas de ADRA de todo el mundo (incluida Argentina) ha enviado personal para colaborar en este programa de respuesta a la emergencia en Haiti.
Para los que gustan de las descripciones y experiencias personales, aca van algunas…
El campamento va tomando un poco mas de forma y de orden, no es fácil cuando se tienen tantas personas en condiciones muy precarias y en un lugar donde las murallas han caído y entran y salen personas de diferentes lugares. Es todo un desafío la distribución de víveres y otros implementos, porque simplemente ven llegar los camiones y la gente que esta fuera del campamento de refugiados se abalanza para sacar lo que puede. No los juzgo porque muchos de ellos deambulan por las calles tratando de conseguir lo que pueden de las montanas de basura que se amontonan en las esquinas. ADRA (la organización adventista para la cual trabajo) está realizando una labor titánica en todos los aspectos, una vez más me siento feliz y agradecida a Dios por ser parte de este equipo. Todos los días se distribuyen en la zona de Carrefour miles de kilos de alimentos fuera del campamento donde yo estoy trabajando. 100 voluntarios están trabajando desde muy temprano en la mañana hasta la tarde para distribuir esos alimentos que llegan desde el programa mundial de alimentos (WFP) cada día en camiones custodiados por los Marines y la policía de Naciones Unidas. Hablando de eso, el otro día cuando llegue a la oficina de ADRA me avisaron que había un argentino en el lugar y me encontré con un gendarme correntino que estaba con el grupo de la ONU en la parte de la custodia. Fue una gran alegría charlar un rato con él.
El jueves de madrugada comenzó a llover, torrencialmente, esas lluvias furiosas tropicales y me angustie porque nunca había sentido tanta impotencia en mi vida. Que podía hacer? Pensaba en el campamento, la cantidad de personas durmiendo a la intemperie, o debajo de tolderías hechas con sabanas, y en los cientos que cada noche duermen en las calles. Abrí la puerta y no pude hacer más que llorar y pedirle a Dios para que pare la lluvia. Finalmente después de un rato paro y el sol salió secando todo lo que la lluvia había dañado.
A raíz del hallazgo del sobreviviente luego de 27 días (se habran enterado por los medios), la gente comenzó a descargar sus emociones en cuanto al terremoto y varios me contaron sus propias experiencias. Cuando hablaban del joven rescatado de los escombros note que no se alegraban y me quede pensando por que se quedaban asombrados y con las miradas perdidas en el vacio. Después, escuchando el testimonio de mi amigo Westerley logre comprender un poco más la razón. El me conto que cuando ocurrió el sismo estaba en una zona llamada Delmar ayudando en una perforación de pozo y que con sus compañeros se abrazaron todos para evitar caerse y cuando termino de temblar comenzaron a observar lo que quedaba alrededor. Instintivamente comenzaron a caminar rumbo a sus casas, todos juntos, abrazados, sobre los escombros, me contaba que les costaba respirar por el polvo que había en el ambiente y su voz se quebró cuando me dijo, “pasábamos al lado de edificios totalmente derrumbados y escuchábamos los gritos de auxilio y no podíamos hacer nada”. “No puedo sacarme esos gritos de la cabeza” y comenzó a llorar. Todos los sobrevivientes tienen alguna historia desgarradora para contar y recién ahora se están animando a tocar el tema. Como una joven me dijo hoy,” mañana, cuando se cumpla el primer mes voy a llorar, porque hasta ahora no he tenido tiempo”, estoy segura que ese sobreviviente vino a reabrir la herida de la duda y la angustia de los familiares de miles de desaparecidos que hasta ahora siguen debajo de los escombros.
Quiero contarles que participe de un programa de radio en español aca en Haiti y aproveche para decirles a los oyentes de las oraciones que ustedes elevan por ellos, de la ayuda que están consiguiendo y de lo mucho que piensan en ellos.
A raíz de todo este caos, muchos quieren aprovecharse de la situaciones, por ese motivo todos los organismos que trabajamos con niños (en mi caso en particular con el programa de apoyo emocional) hemos sido comisionados por UNICEF a identificar menores no acompañados que viven en los campamentos. Para eso hicimos un censo y hoy cuando estaba pasando los datos recogidos entre nuestra gente, caí en la cuenta del número importante de niñas y niños que cuyos padres han muerto o están aun desaparecidos y están viviendo con algún vecino, amigo, familiar lejano. No son solo números, conozco sus rostros y sus sonrisas, he jugado con ellos. Nuestra misión es protegerlos de traficantes de todo tipo que pululan disfrazados de benefactores.
Hace un rato volví de un evento como sacado de la ficción. En el campamento de refugiados que ADRA está atendiendo se celebro una boda, que digo una? 10 al mismo tiempo. Fuimos con Michelle, la encargada de las noticias de ADRA y no pudimos dejar de emocionarnos porque entre tanta suciedad, olores y precariedad, las diez novias pasaron con sus impecables vestidos blancos con sus futuros esposos de estricto traje con un guante blanco (no tengo idea por que uno solo) a recibir la bendición de Dios. La multitud aplaudía y gritaba cuando cada una de las parejas pasaba debajo del arco de flores para ocupar sus lugares. En la víspera del primer mes del terremoto se animaron a celebrar el amor y el compromiso demostrando que la vida debe continuar. Que experiencia inolvidable!
Quiero terminar esta carta compartiendo algo que me produjo una gran emoción cuando lo vi por primera vez. Estaba caminando por el campamento yendo al centro de bienestar que hemos implementado (una carpa donde los niños pueden ir a jugar, los adultos a recibir apoyo emocional o simplemente a conversar) cuando sentí que alguien me toco la mano, me di vuelta y era un pequeño y hermoso niño que me quería mostrar algo. Tomo en sus manos el juguete más lindo y simbólico que he visto: un autito hecho por el mismo con una botella de plástico, las rueditas con las tapas de esas botellas, los ejes con palitos y con un diseño especial para poder colocar piedritas adentro y de esa manera que no se vuelque. Sus ojitos brillaban de orgullo por su obra maestra. Cuanto significado tiene para mi ese simple objeto! Construido con “lo que queda”, con creatividad e ingenio buscando la forma de disfrutar del derecho básico y fundamental que todo niño tiene, que es poder jugar. Ese es el espíritu del pueblo haitiano según lo puedo comprobar cada día con mis propios ojos, recomenzar con lo que queda, rearmar sus vidas con los pedazos que no se destruyeron y tratar de disfrutar cada instante de estar vivos.
Quedaron muchísimas cosas en el tintero, pero si han resistido hasta aca con la lectura les agradezco infinitamente y les pido que colaboren con esta gigantesca necesidad, con poco o con mucho, con oraciones y con recursos porque ha pasado un mes pero en las calles pareciera que el tiempo se ha detenido en el 12 de enero del 2010. ADRA Argentina esta recolectando fondos para enviarnos y les aseguro que serán muy bien utilizados y llegaran a quienes mas lo necesitan.
Un fuerte abrazo y que Dios los bendiga muchísimo

Patricia Muller

PARA SEGUIR AYUDANDO
• Banco Galicia, Sucursal Florida, Buenos Aires
• Nombre de la Cuenta: AGENCIA ADVENTISTA DE DESARROLLO Y RECURSOS ASISTENCIALES
• Cuenta Nº: 6721-2 / 056-7
• CBU: 0070056620000006721279
• Y envíe un mail a adra@ua.org.ar para confirmar el depósito.

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