Llevamos ropa, calzados, las que son distribuida entre los chicos y grandes que van haya.
La dueña de casa es catequista de la iglesia católica, pero nos permite orar y cantar corritos, y los niños se están acostumbrando a asistir al club. Las galletitas que trajeron últimamente se distribuyeron en jardines de infante y maternales, escuela y por supuesto en el merendero. Esto es un reflejo de que a la hora de ayudar, no importa la religion, sino hacerlo desinteresadamente.




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